Tinta

Ah, que curioso es eso de enfrentar los miedos. Diría que me ha pasado mucho últimamente, y me gustan los resultados. Hay algo extraño, algo que no puedo entender: esa extraña necesidad humana de saltar al vacío, de saber que pasaría si se intenta una locura... aquellos, cuya cordura no detiene, son los que cruzan el umbral y ven ante ellos un espejo, un reflejo de su interior y con mucha claridad todo lo que pueden desechar; sacar la basura de la casa cabeza y volver a ponerse de pie. Quisiera decir que toda la basura ha salido, pero aún escapan cosas como aves de un árbol que repentinamente se ha sacudido. Falta mucho... y muy poco a la vez.

Trazos

No soy bueno para esto, no vale la pena intentarlo, múltiples ideas en mi cabeza cuando frente a una hoja de papel me enfrentaba, armado con un lápiz y un vacío en la mente, incapaz de comunicar una idea por medio de un simple dibujo. Los comentarios, las burlas en mi cabeza eran el humo que me impedía ver... y requirió de mucho coraje disipar aquellos demonios, aquellos personajes que no salían de mi cabeza, que coreaban insultos para quedarse, instalarse en mi interior y limitarme a lograr algo, lo que fuera. Mi primer dibujo en años, mi primer verdadero dibujo en años, uno sin la idea de que soy muy malo para ello, me saluda ahora desde la mesa con una cara alegre, aquella que he puesto en esos trazos. Dos personajes más para una galería de arte ajena.

Un gato

Desearía tener un gato. Un compañero silencioso que me acompañe a la media noche cuando el sueño no está dentro de la lista de cosas por hacer, cuando todo a mi alrededor está en silencio, cuando todo a mi alrededor es tan frío como la noche fuera de mi habitación. Oh, una mascota llenaría ese vacío, ese que ninguna persona podría llenar... pues no vivimos para cuidar personas; son tan libres como nosotros. Un pequeño compañero que requiera de cuidado, de tiempo, verlo crecer y aprender, entender el mundo a su alrededor. Sí... tal vez sea hora de una mascota, de una responsabilidad que me agrade.

Arroz con almendras

Hace poco pude llevar un libro a casa, llamado "La vuelta al mundo en 100 famosas recetas". Es en efecto una buena pieza, bastante provocativa en algunos casos. He tomado de él lo que me ha parecido al alcance de mi nivel, con el único propósito de intentarlo algún día... Después de todo, no quiero solo una colección que se quede en palabras. Una receta de la fría Dinamarca.

INGREDIENTES
- 1 litro de leche
- 200 gramos (1 taza) de arroz
-  ½ vaina de vainilla
- 20 almendras
- 60 gramos (3 cucharadas) de azúcar
- 1 cucharada de vino seco
- 3 tazas de crema de leche.

Para la salsa:
- 1 libra de azúcar
- 1 libra de fresas
- 1 limón pequeño (zumo)

PREPARACIÓN
La salsa se prepara primero, pues ésta necesita enfriarse. Limpiar las cerezas y cortar las vainas. Licuar con el azúcar y el zumo de limón. Poner esta mezcla a cocer a fuego bajo entre 15 y 20 minutos hasta que tome punto. Retirar del fuego y dejar enfriar.

Hierva la leche, agregue la vainilla y el arroz previamente lavado. Revolver con frecuencia por cinco minutos. Tapar y cocer al fuego bajo por 45 minutos. Revuelva de vez en cuando y enfríe cuando este listo. Vierta agua caliente sobre las almendras, pele y pique finamente; mezcle con el azúcar e incorpore al arroz con el vino. Adicione la crema de leche con movimientos envolventes.

Disponga el arroz con almendras en forma decorativa y rodee (o cubra) con la salsa.

Sueños y personajes

Veo sus rostros tomar forma de una manera increíble, como si se tratase de un lugar en el que una vida nace de la nada, de repente; aparece allí en un lugar cualquiera del mundo a punto de vivir una historia cualquiera en un día cualquiera. Es entonces cuando despierto y me encuentro en mi cama con la luz entrando por mi ventana. Solo es sueño, y recuerdo que aquellos personajes en mi cabeza no existen, son solo producto de mi imaginación. Usualmente suelo olvidar mis sueños al cabo de 20 minutos, pero esta vez decidí anotarlo, como si se tratase de alguna información valiosa. Nunca había tratado de crear un personaje con tal detalle, y es increíble lo que ello implica. Ahora que puedo ver sus rostros en mi cabeza, las ideas parecen venir de la nada, como si estuviera moldeando su existencia con tal facilidad, con tal fluidez... Pronto, ojalá, no solo yo podré imaginarlos.

Niveles de realidad

Estaba escribiendo, tratando de crear una escena en mi cabeza, cuando de repente me di cuenta de que había algo que no estaba funcionando allí. Me senté en una silla diferente, tratando de identificar el problema, cuando de repente me di cuenta que un detalle geográfico no permitía lo que acababa de escribir. Borré todo y comencé de nuevo. No porque fuera exageradamente importante, sino porque no lo quería de esa forma. Cuando escribo sobre lugares en los que no he estado, me gusta utilizar las herramientas que tengo a mi mano para dar un paseo por el lugar, deseando algún día poder estar allí y vivirlo en carne propia. Si me levanto en la mañana y puedo sentir los rayos de sol en mi rostro, tengo que estar en dirección al este, y si un atardecer me sorprende con sus rayos naranjas, tengo que estar en dirección al oeste. Tal exactitud podrá parecer innecesaria, pero trato de crear una escena con tanta precisión como me es posible... pues tratándose de algo que solo ha sucedido en mi cabeza, es como si tratase de contarle a la gente un recuerdo de algo que viví sin ser aquel personaje del que tanto he hablado.

Oh, una nota tan extensa como una novela... Algún día.

Domingo

El domingo es, para muchos, sinónimo de quedarse todo el día en casa. En pijama, viendo televisión, leyendo un libro, escuchando música... Cada quien lo disfruta a su manera. Otros, en el caso opuesto, deben trabajar como en un día cualquiera, dejando a un lado estas ideas de descanso para otro día, uno en el que todos trabajan. ¿Es curioso no? Trabajar cuando todos descansan y descansar cuando todos trabajan, dormir cuando todos están despiertos y perderse en el insomnio a las 2 de la madrugada porque solo en ese momento se tiene paz... Calma. Este es mi último domingo libre antes de volver a la rutina, y planeo aprovecharlo como aprovecho mis días libres: haciendo lo que más me gusta. Hoy no dejaré planes incompletos, hoy no dejaré historias inconclusas... Hoy viviré, como si se tratase de el último día en el que tengo un poco de autonomía sobre mi tiempo. Exagero un poco, pues tengo en realidad tanta libertad como lo deseo... Pero a veces me pregunto si aquella libertad de antes ha cambiado por papeles de colores.

Inspiración

La inspiración... la extraña inspiración que llega como el humo a través de mi ventana, por donde todo sale y nada entra. ¿Quien lo diría? Soy obra de mi obra, voz de mi voz y escriba de mi historia.

Ensalada multicolor

Encontré esta receta en un libro de la biblioteca donde trabajo mientras lo llevaba a su lugar. Tuve tiempo de anotarla en un papel antes de dejar el libro en la repisa correspondiente, aunque desearía haber tenido la posibilidad de llevármelo a casa. ¡Pronto tomaré de allí más ideas!

INGREDIENTES
- 1 limón (zumo)
- 1 cucharada de azúcar en polvo
- 2 manzanas rojas
- 2 peras
- 1 banano
- 250 gramos de uvas verdes o rojas (despepitadas)
- 250 gramos de fresas

PREPARACIÓN
Revolver el jugo de limón con el azúcar en polvo y 2 cucharadas de agua en una fuente. Lavar muy bien las manzanas y las peras, cortar en cuartos y retirar las semillas y el corazón. Cortar los cuartos en finas tajadas dejando la cascara para que adorne. Llevar las tajadas a la fuente y mezclar muy bien con la preparación anterior.

Pelar y tajar el banano en rodajas y agregar a la fuente, revolver muy bien. Lavar las uvas y partir por la mitad si su tamaño lo permite. Limpiar las fresas, lavarlas y cortar en mitades o cuartos si su tamaño lo permite; agregar a la fuente. Puede agregarse crema dulce batida sobre la ensalada o, una variación, yogur mezclado con miel. Servir en copas o en platos.

La mesa

Hace ya bastante tiempo comencé un proyecto personal, el de recolectar aquellas ideas culinarias que llamaran mi atención y compilarlas en un solo lugar donde pudiera tenerlas al alcance de mi mano. Después de varios intentos (fallidos, sí), decidí que esta ventana era el mejor lugar de hacerlo, que algunos aviones de papel podrían tomar un rumbo distinto, y caer sobre la mesa de alguna persona, llamar de alguna forma su atención, entrar en su lista de interés. Desde hoy, la prosa de algunas notas estará acompañada de estas nuevas ideas, todo en pro de deleitar algo más que la mente.

Vacaciones

Un estilo de vida simple, lleno de dulces y música sin parar, en todo momento y en todo lugar. En este momento estaría lejos de casa, organizando libros y fingendo que me gusta estar allí... bien, me gusta, pero disfruto de mi libertad muchísimo más, pues nada como decidir que hacer en el siguiente cuarto de hora. Las horas en casa pasan tan rápido, que todavía parece junio con aires de julio y mayo es solo un recuerdo lejano. Pronto he de volver a trabajar... y estoy listo, claro, pero una parte de mí desearía que estas forzadas vacaciones fueran realmente permanentes... y dejar de ser esclavo de lo que alguna vez critiqué.

Vestiduras

Aquellos trozos de tela rasgada que vieron mi caída y me acompañaron en ella, hoy son solo un recuerdo de las vestiduras que no volvería a usar. No se trata de una superstición, es la simple incomodidad de sentir su contacto con mi piel, es la simple sensación que vuelve a mi cabeza una y otra vez. Pudo ser peor, y mi imaginación se encarga de dibujar, en efecto, un peor escenario, un terrible final del cual despierto sacudiendo mi cabeza... ha pasado más de un mes, y no puedo dejar de pensar en ello. Tal vez sea hora de enfrentar ese recuerdo, de cruzar esa calle, de sentir que lo que pasó no volverá a pasar... tal vez sea hora de dejar todo atrás.

Planes para hoy

Disfruto de las cosas simples, como recostarme en este sofá, sobre las almohadas rojas que desde hace poco se han vuelto confidentes en mis tardes de lectura, de escritura o de simple maquinación de historias, en las que puedo quedarme horas sentado sin llegar a ninguna idea, así como pueden llegar al cabo de cinco minutos. En un día nublado como hoy, podría quedarme aquí y perder la noción del tiempo, pues la realidad afuera no es ni será más entretenida. Un punto para el silencio, la soledad y la lluvia, que hoy en conjunto me arrullan para quedarme.

Logotipo

Ayer no me fue posible escribir, en efecto. Sin embargo, trabajé un poco en lo que sería el logotipo de este mensaje, el ícono de cada nota que sale por la ventana. No soy un artista, pero creo que abarca la idea general de este proyecto. Falta poco para completar este lugar, y sin embargo nunca podría estar completamente terminado.

Prosa poética

Recuerdo cuando comencé a escribir de esta manera. Mis compañeros me llamaban poeta, y a mis obras poesía. Como desearía volver a ese tiempo, para corregir tal error, invisible ante mis ojos en ese entonces. No escribo poesía, no me gusta limitarme con reglas de ese estilo. Prefiero escribir libremente, dejar que las palabras se escapen de la pluma, de las teclas o de lo que sea que uso para escribir. Todas estas notas son prosa, son libres, no le pertenecen a nadie más que al viento que sea las lleva... y si alguna ha de volver por la ventana que ha salido, no será para cambiar porque una definición errónea la ha hecho volver.

La voz

Ahora entiendo el porqué de mi preocupación por la relevancia de mi voz. Muchas personas la encuentran en diferentes etapas de su vida. Algunos nacen con ella, otros la encuentran en su niñez, otros en su adolescencia, otros en su adultez, otros en su vejez... otros pueden simplemente morir sin haberla encontrado, enmudecidos por ellos mismos, por el miedo a cruzar el umbral que los separa de aquellos que se expresan ante los demás. ¿Y que es encontrar la voz propia? Lanzar estas notas, escribir, reír, dar consejos y esperar que sean escuchados... esa es mi voz.

Personajes

La cronología de los sucesos que unen a dos personas completamente diferentes es lo que me motiva a escribir. ¿Y qué si escribo historias de amor? Hay mensajes más allá del romance, mensajes que ilustran con cierto detalle el mundo que rodea a esos personajes, mensajes que representan más que la pasión de dos almas gemelas. No pretendo que sean vistos con mis ojos, pues yo los he visto crecer y les he dado vida, no sería posible ceder esta perspectiva... aunque, por otro lado, si aquellos que me leen pueden verlos al menos como algo más que enamorados, como seres humanos que viven lo que muchas personas viven, sabré que no he escrito en vano.

Poco antes de la media noche

Ha sido un día largo, en el cual me he sentido atado a esta cama en la cual me dispongo ahora a dormir. Un atrapasueños cuelga sobre mi cabeza, prometiendo silenciosamente alejar todas las pesadillas, atraer los buenos sueños. ¿Podría ser cierto? No lo sé, pero para alguien que tiene pesadillas aun después de haber dormido solo cinco minutos, esta es una idea en la cual puede aferrarse. Soy ese alguien, y ya es hora de dormir.

Mi galería de arte personal

Los conceptos de "arte" y "belleza" son tan relativos que prefiero usarlos en la menor cantidad posible, para evitar malentendidos y discusiones triviales sobre qué es qué. Sin embargo, el día de hoy pude por fin organizar mi tiempo y hacer algo que había dejado pendiente: el traslado de mi galería de arte personal. Me he mudado, y los dibujos que conforman esta invaluable colección fueron guardados para protegerlos de todo lo que implica cambiar de vivienda. La nostalgia de verlos nuevamente en la pared me recordó la sensación que recorrió mi cuerpo al recibirlos por primera vez, y es que como la primera vez, los observé por un largo tiempo, analizando detalladamente cada trazo, cada color, cada palabra en la dedicatoria escrita tras ellos. Mi galería nunca estará completa... es un museo abierto, creado para agrupar en un solo lugar la belleza de lo que yo llamo arte, y los recuerdos de esta colorida etapa de mi vida que día a día se añaden a mi memoria, a mis conversaciones, a las páginas en blanco que prometen más que una historia de amor o suspenso.

Escribo sobre lo que vivo... y hoy, quiero vivir este momento.

Días sorpresa

Es cierto, a veces las mejores cosas suceden sin ser planeadas. La vida parece sonreír cuando un suceso inesperado me permite hacer lo que quiero, me saca del sopor de un día aburrido, pinta de colores lo que parecía ser un día gris. Y es solo uno, de los muchos que vendrán... pues si se trata de un día lleno de sorpresas, no podrían faltar con un poco de locura.

Sueño de madrugada

Mis ojos estaban helados ante la trágica muerte de lo que sería un animal indefenso, un producto de mi imaginación somnolienta que entre broma y sueño me revela cosas que ni yo mismo entiendo de mí. No podría olvidar su mirada de gratitud, su miedo y posteriormente el silencio que sigue al fin de este recorrido, al final del camino, a la última parada antes de bajarse de esta vida, de esta realidad. He despertado ya, y desearía que esa imagen desapareciera de mi memoria, para centrarme en el hecho de que, diga lo que diga, no soy tan frío como aparento.

Árboles marchitos

Hasta ahora, jamás me había preguntado como los árboles que rodean esta transitada vía de la ciudad pueden resistir la enorme cantidad de emisiones generadas por los cientos de automóviles que minuto a minuto van de aquí a allá, dejando esa inconfundible mancha negruzca tras ellos. No soy un experto en botánica, pero sé que hay un tope, un límite... ¿no es así? Un punto en el que la toxicidad se adentra en cada capa, cada fibra y la corrompe, la destruye, la envenena. El verdor de sus hojas parece solo brillar cuando el sol las invita a bañarse en sus rayos dorados... pero hoy, una noche cualquiera, sus ramas caídas y sus hojas enfermas solo pueden pintar una escena desoladora, casi deprimente, del día que ya paso y la noche que nos espera.

Un reflejo

Los errores que he cometido a lo largo de mi vida son eso mismo, errores que no pude proveer o enfrentar de una manera positiva. Nadie me dijo qué tenía que hacer, nadie me dijo como debía actuar. Me lancé solo al vacío y aprendí de una manera u otra. Ahora, al ser el espejo de alguien, me pregunto si soy la persona indicada para esto, para ser quien detiene a aquel que chocará con la misma piedra que me hizo caer, que me hizo nacer.

Escritor

Recuerdo una época en la que no había cabos sueltos en esta historia de pesadilla. En ese entonces, bastaban dos o tres palabras para hilar un suceso extraordinario con la cotidianidad de un día cualquiera. La ingenuidad me mantenía cuerdo... y ahora, despierto, solo puedo desear que la pluma no salga de mis manos, que siga teniendo el control de la vida que por ley me pertenece. ¿Soy aún el escritor de mi propia historia?

Figurillas

¡Yo les he dado vida! ¿Y qué si se me da la gana de hacerlos desaparecer? De no escribir más sobre sus aventuras, de borrarlos de la existencia, de la larga existencia que tuvieron en estas páginas manchadas de tinta, de sangre, de personalidades múltiples que los hacían héroes, villanos.. mi otra cara, la que nadie podía ver. Nos volveremos a ver... cuando la marea los traiga de vuelta

Recuerdo repentino

Hay una figura desconocida que a lo lejos me saluda, mostrando su sonrisa como si no lo hubiera hecho antes. Era yo, un yo más joven, uno más apartado de esta realidad que hoy me parece más soportable, más alegre. Él me mira con desdén, ¿decepcionado tal vez? De no ser lo que quería ser él, de dejar atrás las metas basadas en el rencor y la ira innecesaria. Hoy, miro al espejo del pasado como si se tratara de un retrato desconocido, como si las páginas que nos atan hubieran sido borradas, escritas con lápiz y por obra del destino eliminadas de este libro con un título pendiente. No hay razón para vernos de nuevo, pero es grato volvernos a encontrar después de tanto tiempo... para entender que en efecto no me extraño.

Nido humano

Dejar atrás el lugar que me vio crecer no es tan fácil como parece. No se trata de mostrarse fuerte, sino de un simple condicionamiento psicológico para cuando me despierte una noche cualquiera fuera de casa, sintiéndome perdido y confundido. No sabía que cuando las oportunidades entran por la ventana no hay manera de rehusarse, y ahora, enfrentando mis previos deseos, me pregunto si eso y listo para salir de aquí.

Nostalgia

Las luces del tráfico obstruían mi vista, como grandes luciérnagas gemelas que vuelan en la oscuridad directo hacia mí. Pude volar por un momento, mezclándome entre las sombras de la noche, avanzando sin temor a través de aquellos caminos que por largo tiempo olvidé. Nostalgia... memorias, oscuras ensoñaciones de un pasado mejor, uno menos doloroso. ¡Cómo puede cambiar una vida en un minuto! Y cómo puede volverse a nacer de las cenizas.

Aventuras

Aventuras dulces, ácidas, llenas de cientos de sabores y miles de colores. Tonos azules, grises al medio día, ocultando el sol y amenazando con la lluvia que más tarde arrullaría nuestros sueños. Desearía no olvidar el día de hoy, la forma en la que fui feliz teniendo nada y todo a la vez, pero sé que mi memoria apilará esto en la montaña de recuerdos felices... así que lo escribo, como un recordatorio, del día en el que el cielo beso a la tierra

Cuentos cortos

Me gustan los cuentos cortos, las historias breves. Ahora, desearía que no se acabe la tinta de mi bolígrafo para volver de esto una agradable novela. ¡Cómo cambian los gustos! Cuando se descubre qué se quiere y qué se anhela, cuando los sueños aparecen entre las nubes y se ven como algo alcanzable, plausible. Se ha ido la bruma de mi vista, y apenas he leído el comienzo.

Canal

Un largo canal que conecta a los unos con los otros y a la vez mantiene a raya a aquellos que quieran atravesarlo como no se espera. Cuidado, humanos en la vía.

Cementerio oxidado

Calles bombardeadas por el progreso, agrietadas y maltratadas, ahora olvidadas por aquellos que tan provechosamente pasaron por ellas. Un cementerio lleno de historias trágicas,  tontas, de errores estúpidos y sus increíbles repercusiones. Físicamente, el lugar se cae a pedazos, se pierde lentamente en el polvo que arrastra del pavimento, en la lluvia que oxida el metal allí tirado como si de basura de tratara... y es basura, para el mejor postor o el más ágil que se burla de la autoridad ocultándose en la oscuridad y tomando lo que por su ley le pertenece. Ahora, con los primeros rayos de sol iluminando este escenario, parece que solo queda el recuerdo, las voces de aquellos que pasaron por este lugar antes de que el tiempo hiciera su efecto. Un lugar... para no volver.

Pasos cortos

Caminaba lentamente entre los árboles, como si no quisiera salir de ese lugar. Hay cierta magia en el aroma de las plantas, en el canto de las aves y la tierra bajo mis zapatos. Un paso, dos y tres para llegar a mi destino, para poder encontrar la salida de esta, la naturaleza enjaulada, en la que desearía quedarme, en la que desearía refugiarme de la realidad fuera de aquí.

Un niño

Me siento como un niño aprendiendo a caminar de nuevo. La diferencia, ciertamente, es que ahora soy consciente del temor que tengo que caer. Una presión psicológica para sigo tan simple es molesta, es horrible. Desearía que la idea de "caminar sin tener los pies sobre el suelo" fuera más que solo una expresión. Hora de despegar, nuevamente.

Un lugar maldito

Cruzar nuevamente la calle en la cual tuve un poco de suerte genera una sensación incómoda, molesta, como de no querer volver. Puede ser solo una tonta sensación, pero hay fantasmas del pasado con los que no me atrevo convivir, a los que no quiero ver ni por accidente. Es cuestión de tiempo, para regresar al lugar en el que tantas cosas he dejado.

Cambio de trenes

Hermano, amigo, suficientemente importante para escribirle un mensaje que probablemente no le importe. Gracias, y que tenga un buen viaje, pues ha llegado a su última estación.

Desconocidos

Creía saber todo lo que sucedía en el interior de estas paredes, pero lentamente me doy cuenta de que sólo conozco los fantasmas del pasado. Los cuadros no están en el mismo lugar, la pintura se ha cambiado. ¿Estoy en casa? Reconozco a aquel que me mira frente al espejo... y hasta el se ríe de ver hasta donde hemos llegado.

Atardecer a domicilio

El naranja del atardecer es definitivamente mi favorito. Recuerdo la primera vez que lo vi, que encontré el tono que me fascinaba de verdad. El sol cubría las paredes de ladrillo del lugar en el que me encontraba y desde ahí, desde ahí comenzó toda la historia. He visto ese color en muchos lugares... en tantos como para recordar gran parte de la ciudad pintada por el naranja de mi atardecer... pero que bueno es por fin poder verlo en casa.