domingo, 31 de julio de 2016
Primera historia - Un libro sin portada
KmilO - Un libro sin portada.
Espero que sea de su agrado. Un saludo para todos en esta noche de domingo.
Error de publicación
sábado, 30 de julio de 2016
Despedidas
No soy bueno con las despedidas, quizá porque nunca pienso en la hora de decir adiós a mi realidad momentánea. Me acostumbro a las personas a mi alrededor, a su modo de ver las cosas y la posibilidad de encontrar en ellas y ellos algo más que una sonrisa... una conversación, un consejo o simplemente la sensación de saber que nos une algo más que un saludo cordial... y cuando llega la hora de irse, cuando sé que cruzaré la puerta para no volver de la misma manera que lo hice por tantos meses, solo puedo quedarme estático allí, en el umbral, haciendo eterno ese momento y sacando fuerza de donde todo se ha derrumbado para dar un paso adelante y salir, a la calle, donde todos vuelven a ser desconocidos.
Primera historia - Novedades
Planeaba dedicar la tarde del sábado para editar la historia de la cual había hablado, así como revisarla nuevamente para corregir cualquier error que preliminarmente haya escapado a mi vista. Sin embargo, el día de hoy también debo volver a mi antiguo trabajo para devolver la dotación que me fue entregada cuando empecé y, lamentablemente, tardaré más de lo que yo esperaba. En vista de esto debo posponer la publicación digital de la historia para el día de mañana, prometiendo que no habrá más retrasos de ningún tipo. Un saludo para todos.
viernes, 29 de julio de 2016
Bajo el árbol
Sentado aquí, bajo el abrigo de un árbol quizá tan viejo como los edificios a mi alrededor, pienso que quizá soy lo más reciente en este paisaje, aquel nuevo elemento del paisaje que en dos minutos habrá cambiado. Y soy un elemento del paisaje, pues todo aquel que pase por este sendero verá al chico de la vaga sonrisa mirando a la nada, inmóvil, tratando de escribir y llenar una nota que enviará tan lejos como su fuerza lo permita. Veo tantos rostros, todos con una expresión distinta, y probablemente con pensamientos tan distintos que sería imposible conocerlos todos, pero no intento de ninguna manera generalizar sus ideas, simplemente tomar las que puedo ver en esas sonrisas iluminadss, en esos rostros preocupados, en esas bolsas bajo los ojos de aquellos que caminan sin rumbo... ¿Se uniría alguno de ellos a mi silenciosa observación? Probablemente no, probablemente no encuentren placer en mi simple actividad de ver pasar a la gente e imaginar cómo será su vida, como sería el libro que cuente su historia. No quiero levantarme todavía, queda mucho por ver en este parque lleno de personas sentadas bajo los árboles, de niños jugando sin pensar en el momento en que deben volver... y yo debo volver también, pero es la idea de que queda mucho tiempo lo que me hace olvidar que con cada letra que escribo, con cada paso que doy, el tiempo se hace más y más corto. Cada quien lo aprovecha a su manera, y de alguna manera se lo dedico a mi entorno porque ese es mi placer... no el servir, sino el ver, el ver hasta donde podré llegar con solo mirar.
jueves, 28 de julio de 2016
Hojas marchitas
El sol ilumina las hojas de los árboles ubicados frente a la calle, mientras estas se levantan como deseando alcanzar los rayos, como tratando de llegar más y más alto. Podrían desprenderse de las ramas, y dejarse llevar por la brisa hará llegar tan lejos como su ligereza lo permita, pero la fuerza que las sostiene permite apreciar con cierto encanto no sólo su danza, sino también el ruido que hacen al tratar de escapar. ¿Y pueden escapar? De sus ramas, de sus bases, quizá más abajo de sus raíces, una conexión tan profunda y a la vez tan frágil... pueden, sí. Prueba de ello son las hojas caídas en este lugar del mundo sin estaciones, las que yacen sobre el pavimento marchitas, muertas. Sucede lo mismo al olvidar nuestras raíces, nuestra niñez... y a mi parecer, depende de nosotros no parecerse en nada a aquellas hojas marchitas.
miércoles, 27 de julio de 2016
De camino a casa
Una mañana lluviosa explica una noche tan fría como esta, mientras camino a casa sin mirar la hora. Podría quedarme varias horas, e irme a dormir solo cuando el cuerpo me obligue a hacerlo... pero la sensación de estar bajo las estrellas, sin ninguna clase de peligro aparente, es lo que necesito para sacar lo que por voluntad propia no he podido. La música suena a todo volumen... sé que me quedaré sordo algún día y... ¿Cuánto tiempo me queda en realidad para preocuparme por ello? La gran mayoría se predispone para un futuro próspero que no tienen asegurado, al que apuestan sin ver las cartas. Me pregunto si en realidad pensar así me haría feliz, o solo me haría sentir más vacío... pero sea cual sea el caso... es lo que necesito para volver a vivir.
martes, 26 de julio de 2016
Primera historia
Pensándolo bien, he hablado tanto de personajes, historias y sucesos inimaginables sin hacerme entender en realidad, pues hablo sobre aquello que no se puede leer, y dejar tales asuntos en una mera expectativa es simplemente innecesario. Este sábado, publicaré mi primera historia jamás escrita, con el simple fin de ver las opiniones que aquellos que leen estas notas pueden tener al respecto. Fue escrita hace algunos meses, así que debo revisarla nuevamente, pulir detalles que olvidé en ese entonces. No diré nada más, salvo que cualquier crítica es bienvenida.
lunes, 25 de julio de 2016
23:01
23:01pm, varias horas después de la primera nota de hoy. Este día ha sido un completo sube y baja emocional que dejó, junto con hambre y sed desmedidas, resultados bastante positivos: Volver a la universidad, un nuevo empleo y una nueva sonrisa, quizá la más sincera que he podido tener en mucho tiempo. A mi modo de ver, la sonrisa más sincera es aquella que se escapa de la misma manera que el sentimento que la produce, y no aquella que se articula mecánicamente (no por ello menos honesta). No me retracto de mi nota anterior, pues hay una estrecha relación entre una bala disparada y un avión de papel en pleno vuelo: ¿y si ambas cosas llegan a su destino? Pero debo reconocer que esta noche podré dormir tranquilo, podré verme en el espejo de mi cabeza y saber que por primera vez después de mucho tiempo tengo tanta paz como lo deseaba... y me siento feliz, no podría desear más.
6:01
6:01am, vaya forma de iniciar el día, deseando seguir dormido. Ahora, sentado en este autobús, solo quiero sacar un libro y leer, leer y leer hasta que toda la ira se vaya, hasta que este fervoroso deseo de no haber despertado se aleje. Estoy despierto, pero desearía no estarlo, y vivir en mis sueños donde lo único malo es lo que mi propia imaginación crea y, a su vez, destruye a su antojo como tantos personajes desechados en mis historias. Desearía vivir en este libro, y ser otro idiota noble que olvida lo malo de las personas. Tomo el libro de mi maleta. ¿Y qué si no debo leer aquí? La naturaleza autodestructiva que causa tanto placer en cierta medida, el saber que está mal y hacerlo el doble para olvidar que las cosas a mi alrededor lastiman el triple y quizá más. Es hora de leer, de dañar mis ojos un poco más, para después arrepentirme en silencio y comenzar de cero, como ayer, antier y los días pasados que reinicié el contador. Día uno, otro día para estar dormido.
domingo, 24 de julio de 2016
Mientras escribo
Mientras escribo fuera de casa, pienso en todo lo que hay en mi alrededor. Pienso en la música que suena a través de los audífonos que siempre cuelgan de mi cuello, o en el paisaje fuera de la ventana del autobús. Pienso en los árboles sacudiéndose con la brisa, o en el constante ronroneo del motor que de tanto en tanto me hipnotiza, llevándome a un estado de somnolencia del que vuelvo para retomar el punto seguido que dejé con anterioridad. A veces me quedo dormido, y tengo que borrar todo, volver a empezar. Borrar, borrar y borrar ideas que parecían tan brillantes y de un momento a otro se vuelven vacías, se quedan a la mitad del vuelo y se estrellan en mi cabeza, haciéndome desear tener la manera de darles un último impulso y llevarlas a la luz... pero recuerdo que todo se trata de pequeños escalones, de pasos infalsos y equivocaciones. Llegará el día en que esas ideas vuelvan a mi cabeza, quizá con más orden y lógica. Tal vez ese día podré terminarlas, y dejar atrás la costumbre de llevar las cosas a un punto en el que se salen de control.
sábado, 23 de julio de 2016
Payasos
Estoy en un circo lleno de payasos. Todos hablan el mismo idioma, todos bailan con la misma melodía. Todos me miran con sus narices rojas y sus ojos desorbitados, tratando de convertirme en uno de ellos, tratando de hacerme escuchar la melodía que con tantas vidas ha acabado. Hay personas a mi alrededor, y es su transformación el espectáculo más desolador que podría imaginar, ver como la marea ahoga sus vidas y como pronto el agua alcanza mis tobillos. Los payasos avanzan, es un circo inmenso lleno de violencia, odio y desilusión, de sonrisas falsas y una misma pasión. Sus manos se acercan a mi rostro y yo solo consigo apartarme, refugiarme en mi lugar seguro, ese rincón en mi cabeza donde nadie entra, y quiza de donde nadie sale. Y qué sino los medios como registro histórico de lo que fuimos, somos y seremos. Un registro del circo al que todos entramos y en el que pronto acabaremos con un mismo papel en el escenario. He cerrado mi puerta para no dejar entrar a nadie, pero todo puede verse por el cristal de la ventana, e incluso por el ojo de la cerradura. ¿Soy yo el payaso? Quien vive encerrado imaginando mundos distintos... o solo soy un loco en este mundo de pesadillas y alegrías.
viernes, 22 de julio de 2016
Ultimátum
jueves, 21 de julio de 2016
Medio dormido
Ha ganado el ángel bueno sobre mi hombro, hace solo unos minutos, cuando un fino hilo me ataba aun a la realidad antes de caer dormido por completo. Es temprano, comparado con otros días en los que no puedo dormir hasta la madrugada. Hubiera sido fácil acallar las voces en mi cabeza y entregarme aullido descanso pero... había algo que no lo permitía, y no hablo del hilo anterior, sino de un pensamiento que lentamente me atormenta, constantemente me aprisiona por horas y horas, sumiéndome en un letargo emocional que no puedo describir, solo ver después en retrospectiva, un fantasma de lo hecho y olvidado. El ángel bueno ha ganado, y esto significa una oportunidad para quitar el ancla en mi vida, las tonterías que debí dejar atrás antes de que pesaran lo que pesan ahora. Ahora podré dormir en paz... sabiendo que hoy, esta noche, solo escucharé una voz.
miércoles, 20 de julio de 2016
Memoria
Hay una extraña motivación para salir por ahí sin rumbo fijo, para sentarme en un árbol cualquiera y recordar más tarde el lugar y la canción que sonaba en ese momento, una melodía para la memoria. Los días se pasan rápido, y los olvido con la misma velocidad. Solo hay algunos que escapan de este común filtro, de esa leve valla que separa lo memorable de sucesos casuales. Lo memorable, aquello que se queda en mi memoria, es lo que llego a pensar en la noche, después de un día en lugares nuevos, en lugares ya conocidos, en lugares perdidos en mis recuerdos. Olvido para recordar, pero no puedo recordar qué debo olvidar.
martes, 19 de julio de 2016
Bloques de construcción
lunes, 18 de julio de 2016
Torres de helado
INGREDIENTES
- 3 galletas de avena
- 2 bolas de helado
- 1000 gramos de arándanos
- Yogurt o crema batida
PREPARACIÓN
Disponga sobre el plato una galleta de avena. Coloque sobre ella una bola de helado y cúbrala con otra galleta. Seguidamente agregue otra bola de helado y finalmente cúbrala con una galleta más. Deje caer sobre la torre un poco de yogurt o crema batida y agregue los arándanos en la parte superior como decoración. Sírvase de inmediato.
Mañanas
Desde hace algunos días me levanto temprano y subo a la terraza, antes de que el sol ilumine mi paisaje. El espectáculo es bastante interesante; el ver como las luces del alumbrado público comienzan a atenuarse mientras la brisa hace danzar a los árboles, bombardeando sus hojas con rocío tan frío que casi puede sentirse en el aire al contacto con mi piel. La oscuridad de cada figura es reemplazada por los colores, a cada minuto más claros conforme el sol se toma el cielo por completo, recordándome que debo bajar ya y salir, a cualquier lugar, a unirme al paisaje que tanto he descrito y ser algo más que un espectador. Y así comienza otra mañana.
sábado, 16 de julio de 2016
Acuerdos
Llegar a un acuerdo conmigo mismo es quizá más difícil de lo que sería con un desconocido. En menos de una semana me he visto al borde de la locura a la mitad de la noche, cuando mis pensamientos parecen despertar mientras yo duermo, sacándome de mis ensoñaciones con gritos y recuerdos, pesadillas de un pasado y un presente que entre más cercano más latente, más presente en mis momentos a solas o mis minutos de silencio. Por lo pronto, son estas notas una manera de contarle al mundo lo que hay adentro, de dejar una historia tangible y no sólo especulaciones de quién fue Camilo y cómo llevó su vida. Me encuentro frente al espejo tratando de ver qué hay en mi rostro... las ojeras del insomnio y la sonrisa de la ingenuidad, un idiota bastante brillante como podría describirse literariamente hablando. Conozco al sujeto del espejo, lo conozco demasiado bien. Él me conoce también, nos hemos visto cada día desde que recuerdo, pero ahora parecemos tan diferentes... como si no viera lo que era, como si no viera lo que soy... ¿Y qué soy? Sino otro chico tratando de escribir, tratando de lograr que sus palabras no se pierdan en el tiempo. Cómo desearía ver notas entrar por esa ventana.
viernes, 15 de julio de 2016
Nadar
Superar un miedo tan antiguo como las mismas costumbres requiere de valor, de confianza, y sobre todo del simple deseo de alcanzar lo inalcanzable. Veo mi meta a algunos metros de distancia, flotando sobre el agua iluminada por los rayos de sol que eventualmente entran por algunas claraboyas sobre mi cabeza. Quizá un impulso sobrehumano me llevará a ella, pues no podría encontrar mejor motivación que llegar al otro lado y recibir mi recompensa... que mas allá de un premio, es la simple satisfacción de enterrar mis recuerdos, o de ahogarlos, para ser más exacto. A mis 18 años, nunca había sentido tanta confianza como para intentar nadar... y puede que sea un logro tonto, algo tan básico como para pensar que es ilógico sentirse orgulloso de ello... pero para alguien que no lo había intentado antes, que se acobardaba con solo pensarlo, es un día lleno de dicha, un día para no olvidarlo.
jueves, 14 de julio de 2016
Lluvia nocturna
Hay personas que odian la lluvia. Hay personas que odian estar bajo la lluvia. Hay personas que odian ver la lluvia aun bajo sus techos, como una especie de obstáculo inesperado a lo que sea que planeaban si fuera un día soleado. No soy ninguna de las anteriores, pues disfruto tanto al recostarme en el sofá y ver como las gotas de lluvia chocan contra el vidrio; al otro lado de la calle, las hojas danzan al impacto de las pequeñas balas que las bañan... y como desearía yo estar bajo la lluvia. No encuentro desagrado en volver a la casa empapado, pero de alguna forma limpio, tranquilo, sin preocupación que no sea tomar un baño caliente, algún caramelo y ropa seca, de esa que todos tenemos para andar en la casa. Nada como estar bajo la lluvia, para sentir aquel baño torrencial, que no me molesta en lo absoluto, para sentir como cada parte del cuerpo despierta con el frío. Despertar es salir de esta ensoñacion, y estar en casa viendo como las gotas caen fuera de mi ventana, dónde esta nota podría perderse, o quizá... quizá llegar aun mas lejos.
miércoles, 13 de julio de 2016
Voces en mi cabeza
Hay rostros tan vacíos caminando por las calles a mi alrededor, y quizá soy también uno de ellos. Me refugio en mis audífonos, en una conversación conmigo mismo en la que el tema de conversación son mis propios pensamientos, dos opiniones distintas dentro de una misma cabeza. Es bastante similar a aquella representación del ángel y el demonio, pero sobre mis hombros no hay bondad ni maldad, solo pesimismo y optimismo respecto a un paso, un salto, una caminata por un sendero desconocido. Ambas voces me aturden con su impaciencia, con la necesidad de una respuesta, como si aun siendo tan diferentes estuvieran de acuerdo en presionarme a saltar, a tomar a una de ellas en cuenta y olvidar todo lo demás. ¿Quién tiene la razón? ¿Aquella voz cargada de esperanza y fe? ¿O es aquella que me recuerda el peor escenario en la peor situación? Sin embargo no es mi decisión, y es horrible que mi vida dependa de algo más que mi propia voluntad. Quizá es tiempo de ignorar estas voces, y de preguntarme si toda la libertad que pregono tener no es sólo habladuría. Tal vez entonces se callarían, tal vez entonces serían solo una... como se supone que debería ser.
martes, 12 de julio de 2016
Ideas inconclusas
Hace algunos días, las ideas que salían de mi cabeza parecían aquellas luces de navidad que tan alegremente desenredaba a finales de noviembre, solo para estar listo. Es una extraña metáfora para expresar el desorden de palabras, de frases y reflexiones que, sin un rumbo fijo, se plasmaban en una página dos, tres, cuatro veces, siendo luego desechadas y lanzadas al cesto de basura donde nadie las leería jamás. Tomé aquel cesto nuevamente, con la esperanza de hallar un hilo entre todas las notas que sin éxito habían abandonado mi mesa, pero creo que no todas las ideas dispersas pueden tener un fin, un significado. Recordé entonces un libro que leí hace mucho, y como el protagonista recogía de la basura aquellas notas de un amargado novelista, encontrando en ellas un mundo cargado de amargura, pena y soledad. ¿Qué encontrarían en mi cesto? O en realidad... ¿A dónde exactamente estoy lanzando estas notas? ¿A donde llegan al abandonar mi ventana? Preguntas demasiado existencialistas para tratarse de simples piezas de papel, pero quizá esas palabras tienen vida, quizá hay algo más allá de palabras al azar. Evaluo tanto lo que escribo que quizá olvido la simple verdad de que la peor crítica posible es la propia, y quizá algunas de esas ideas pérdidas nunca debieron llegar a la basura. Una nueva oportunidad, para palabras jamás dichas.
Basura, de Hector Abad, en caso de que alguien esté interesado.
lunes, 11 de julio de 2016
Velocidad
Viéndolo desde una perspectiva muy honesta, la velocidad es ciertamente algo que me atrae. Es curioso como pasar de izquierda a derecha entre las luces de los automóviles, siendo golpeado por el viento y aturdido por el ruido de los motores, parece ser alguna clase de actividad placentera, como una especie de consentimiento con el peligro, una negociación con el riesgo. Como sea, al poner los pies en el suelo nuevamente, en casa, mucho mas temprano de lo usual, me hace preguntarme si 30 minutos podrían valer mi vida. Recuerdo el castañeo de mis dientes al sentir los neumáticos de grandes camiones junto a mis manos, o el inconfundible recuerdo de aquel fatídico accidente cuando un autobús se acercaba demasiado. Quizá exagero, quizá el miedo me hace imaginar el peor escenario, pero más vale decirlo, que no haya sido solo un pensamiento.
domingo, 10 de julio de 2016
Colores
Otro largo domingo lejos de casa. Otra mañana en un abarrotado autobús lleno de personas clavadas en sus teléfonos o rendidas ante el sopor generado por los rayos de sol entrando por la ventana. Por primera vez en mucho tiempo, me quedé despierto todo el camino, viendo como el verdor era lentamente consumido por los tonos grises de los edificios, el negro del asfalto y el azul de una mañana prometedora, cálida, limpia. Incluso este azul era opacado; estatuas erigidas al progreso que esporadicamente ocultaban el brillo de la mañana, que ocultaban tras de sí la impecabilidad de pequeñas nubes blancas dispersadas sobre mi cabeza. Dentro del autobús, los colores eran relativamente uniformes. Caras pálidas, rostros cansados, manos nerviosas e impacientes, deseosas de llegar a su destino... y el reflejo de mis ojos en el cristal de la ventana. Usualmente me duermo todo el camino, me uno a las filas de aquellos que cabecean y luchan contra la gravedad para no caerse de la silla... pero hoy, hoy quería ver los colores, hoy quería ver como de norte a sur la ciudad cambia por completo, como las tonalidades se mezclan como los transeúntes que van por la calle, esquivándose, danzando en la acera, perdidos en un mundo gris que tal vez ellos, al igual que yo, ven con otros tonos menos lúgubres. Hoy pinté mi mañana de varios colores... y vaya que no he quedado decepcionado.
sábado, 9 de julio de 2016
Conversaciones en la madrugada
Me gustan las conversaciones en la madrugada. Quizá el silencio de la noche permite a las personas decir lo que el ruido del día a día no les permite ver. Honestidad, sinceridad, quizá una pizca de libertad en sus atribuladas cabezas para decir lo que piensan y olvidarlo al despertar, como una resaca emocional por beber verdades a las tres de la mañana, por servirlas a su interlocutor en pequeñas frases que ante sus pesados párpados parecen más que letras en una pantalla, que ante sus adormilados oídos son más que palabras sin significado. Me gustan las conversaciones en la madrugada, porque puedo ver que clase de persona tengo ante mí, porque el sopor de estar despierto no existe... porque ambos dormimos y soñamos despiertos.
viernes, 8 de julio de 2016
Una velada de rencor
Una niebla desconocida se toma mis pensamientos, perturba mi mente con tantos sentimientos negativos que me es imposible ver con claridad. Para una persona con demasiado tiempo libre, este momento es una eternidad, una larga pesadilla que quiero que acabe cuanto antes. Y apenas ha comenzado la noche, pronto vendrá la oscuridad y el insomnio me consumirá en una larga velada de reproches y críticas desde lo más profundo de mi alma. Me preparo para la eternidad de estas horas, deseando que sean algo más que otra noche sin dormir.
jueves, 7 de julio de 2016
Mi lugar en el mundo
No puedo llamar un lugar "hogar" hasta que lo he organizado a mi antojo. Se trata de un extraño sentido de pertenencia que nace cuando mis decisiones puede afectar de alguna frma el entorno que me rodea, sin importar lo pequeñas que sean. Tal vez por eso me es difícil sentirme en casa, o sentir que encajo rápidamente en un lugar determinado. Soy consciente de mi papel en el mundo, y tal vez por eso sigo escribiendo, tal vez por eso sigo lanzando estas notas. Quiero sentir que encajo fuera de esta habitación, quiero sentir que soy más que un recuerdo que desaparecerá con los años. Quiero sentir que estas notas no caen con la lluvia, con la niebla, que pueden volar en las peores condiciones y llegar a su destino... e incluso si no lo lograrán, sus palabras caerían diseminadas por las calles... Palabras que me pertenecen sin ser mías, palabras que le pertenecen a todos desde que abandonan mi ventana.
miércoles, 6 de julio de 2016
Aguacate relleno con ceviche
INGREDIENTES
- 1 libra de atún cortado en cubos (O palmitos cortados en trozos)
- 1 taza de jugo de limón
- 1 cucharadita de sal
- 1 libra de tomate picado
- 3 cucharadas de cebolla picada
- ½ taza de aceite de oliva
- 2 chiles picados (sin pepas ni venas)
- 2 cucharadas de cilantro picado
- 3 naranjas cortadas en gajos
PREPARACIÓN
Marinar el pescado por dos horas en el jugo de limón con sal. Agregar el tomate, la cebolla, el chile y el aceite. Marinar por una hora más y reservar. En el momento de rellenar los aguacates, agregar el cilantro. Partir los aguacates por la mitad. Deshuesar con cuidado y rellenar con la mezcla anterior y servir de inmediato.
Discreción
Desde pequeño me acostumbré a guardar silencio cuando lo veía necesario. La discreción era mi mejor amiga, la oscuridad en la cual podía refugiarme, la incertidumbre que me protegía del mundo visible. El precio que esto traía consigo es ahora mi karma, mi incomprensible estado de alerta y mi constante deseo de gritar aquello que he callado por tanto tiempo. El silencio voluntario es también una pesadilla, una pesadilla que yo acepté sin ser consciente de lo que hacía y ahora me esfuerzo por olvidar, por dejar atrás ese extraño convenio de vivir en el misterio. Hoy es un día para hablar, para escribir, para gritar y luego despertar en una realidad diferente, una creada en cuestión de segundos.
martes, 5 de julio de 2016
Mi cadena
Creo que es difícil romper esas cadenas que nos atan a un lastre en especifico. Un sentimiento, una necesidad, un miedo... soltarse de la piedra y caminar sin ella es todo un reto, pues parecemos volvernos esclavos de esa piedra, de lo que representa en nuestra vida. Y cuando se rompe esa atadura, salimos disparados hacia adelante, pues la fuerza interna que buscaba esa libertad lleva tirando desde hace tanto que ahora es una marea incontenible, un indómito personaje que desconoce las dudas, el miedo, el sentimiento pasional hacia un pasado que ahora le da la espalda. Sí, soy un enemigo del pasado, quizá porque el mío es algo que no quise escribir, algo que de una u otra forma fue puesto en mi camino debido a pequeñas decisiones inconscientes... y es ahora cuando leo esa historia de nuevo, cuando enfrento las consecuencias con desdén, con molestia, con rabia y sobre todo con deseos de no repetir los mismos errores. Hoy es un día soleado en la mañana, hoy pinta un buen día para dibujar una ruta diferente.
lunes, 4 de julio de 2016
Coctel de Pepino al Estilo Bangkok
INGREDIENTES
- 300 gramos de carne de res
- 1 cucharada de aceite
- 1 cucharada de salsa de soya
- 3 cucharadas de jugo de limón
- 10 chiles pequeños
- 2 dientes de ajo
- 4 cebollas rojas
- 9 pepinos (cohombro) pequeños
- 1 pimiento rojo
PREPARACIÓN
Corte y fría la carne en aceite caliente. Retire del fuego y enfríe. Mezcle con la salsa de soya, el jugo de limón, los chiles finamente picados y el ajo. Deje reposar por media hora y adicione las cebollas rojas finamente picadas.
Corte los pepinos verticalmente. Retire la pulpa de las mitades con una cuchara (dejando una leve capa de pulpa). Rellene los pepinos con la mezcla y decore con tiras de pimiento rojo.
domingo, 3 de julio de 2016
Cambios necesarios
Es necesario sacar la basura de vez en cuando. Olvidar recuerdos inservibles, perdonar, dejar atrás aquello que alguna vez fue memorable y... seguir caminando, seguir con esta extraña historia. Una nueva imagen, una nueva canción, un nueva voz, una nueva palabra, un nuevo libro... ¡La lista es ciertamente interminable! Pues a veces... a veces es necesario desprenderse de todo y verse desnudo, sin las marcas que esta vida haya podido dejar en un cuerpo lentamente consumido por el tiempo. A veces es bueno adquirir nuevos hábitos, nuevas costumbres... y verse de nuevo armado, entero... limpio de toda la basura que el pasado haya dejado.
Versiones por contar
Hubo un momento de silencio, de esos que rara vez se dan en un lugar como este en un día como este. Aproveché tal oportunidad para desconectarme de todo, para caminar entre los pasillos de la biblioteca en busca de algo, lo que fuera, algo que llamara mi atención en cuanto lo viera. Hubo muchas opciones, algunas de las cuales pude ojear levemente mientras los minutos transcurrían en silencio; y algunas de esas opciones eran tan contradictorias entre sí, como dos versiones de una misma historia, una narrada por aquel que salió bien librada y otra todavía más popular del desdichado o los desdichados que han perdido en este encuentro. Esto me hace preguntar que parte de mí leería esta historia... si la que solo ha pasado por los caminos más tranquilos o la que se muere por compartir una pequeña aunque completa anécdota de lo que fue su vida. ¿Qué voz leería mi vida? ¿O podría acaso ser la voz de alguien más?
sábado, 2 de julio de 2016
Recuerdo permanente
Hay tanto que desconozco, tanto que ignoro, tanto por aprender aún... un mundo desconocido al alcance de mis manos. Es grato conocer personas, entablar nuevas relaciones, conocer nuevos lugares y escuchar nuevas historias de personas que antes eran solo una sombra y ahora... son una sonrisa cuando se menciona su nombre. Tenía razón, aquel personaje del que hablo, al decir que este día no saldría jamás de mi cabeza. Es un recuerdo permanente, que estará en mi cabeza cada mañana al despertar... pues de nada sirve una lección si se olvida con el pasar de los días. Un cambio permanente, un rumbo diferente para este árbol seco y marchito.
viernes, 1 de julio de 2016
Ensalada de frutas exóticas
INGREDIENTES
- 1 mango (por persona)
- 1 papaya madura
- 1 piña madura
- 100 gramos de uchuvas
- 1 carambola
- 1 cucharada de azúcar en polvo
PREPARACIÓN
Partir en dos a lo largo el mango; pelar las mitades y rebanarlo en tajadas delgadas. Partir la papaya y extraer las semillas con una cuchara; pelar y cortar en cubos. Retirar el corazón de la piña, pelarla, partirla en cuatro a la largo y cortar en cubos. Retirar la fina envoltura de las uchuvas, lavarlas y partir por la mitad. Lava rlas carambolas y cortarlas en rodajas.
Poner todas las frutas en una fuente, mezclarlas, agregar el azúcar y revolver. Servir en copas o en platos.
Regreso
Hoy se acaban mis vacaciones, o al menos así las veía yo. Ya quería volver, siendo muy honesto. Una extraña sensación me envolvía al recorrer los largos pasillos llenos de libros, de polvo y de historias por contar. Hay libros que veo a diario, aquellos que la gran mayoria de personas quiere o debe leer. Tambien hay libros que llevan apilados en una misma repisa por años, sin ser abiertos, perdidos en el tiempo, los cuales suelo ojear de vez en cuando y encontrar interesantes ideas. Es un buen pasatiempo, una manera de sentirme en casa, a pesar de estar a bastantes, muchísimos kilómetros lejos de ella. Vuelven los días de correr en el transporte público de esta caótica ciudad, ver como el paisaje cambia de extremo a extremo... y en la noche, en el camino de vuelta, ver la ciudad cubierta por la oscuridad, en donde cientas de luces se mueven tratando de llegar a casa. Extrañaba esto, y quiero verlo de nuevo.