miércoles, 31 de agosto de 2016

Papel ardiendo

Es tarde para una nota, pero originalmente enviaba esto a las 11, a las 12 de la noche, cuando todos dormían y mi cabeza estaba despierta. Cuando se disfruta, no lo llamaría insomnio, sino un momento con la oscuridad de la noche y la tenue luz de las velas, esas que me rodean en este momento para variar, para cambiar de ambiente y de aire. El aroma de la cera caliente, las sombras en la pared, el baile de las llamas sobre la fibra que arde, arde con fuerza oponiéndose a la oscuridad que se toma la habitación... Y no es solo la noche, es la oscuridad de todos los pensamientos negativos que junto con la vela arden, se calcinan y desaparecen dejando solo un rastro de ceniza que alguna vez fue una hoja de papel con todo lo que pudo ser y no fue. Una nota sin lectores, un papel sin significado que arde en cuestión de segundos llevándose al olvido palabras, mensajes, voces misteriosas de personajes ahora ocultos en las tinieblas que irónicamente vinieron con la luz de una vela.

lunes, 29 de agosto de 2016

Cascada nebulosa

Desde lo alto de una montaña bajaba la cascada nebulosa de mis sueños que cubría toda la ciudad con una marea de colores, una marea de olores y una marea de sonidos. Por otro lado, bajo las nubes, estaba el trafico a las 2 de la tarde en una calle principal, una buena comida con sabor a diciembre en casi septiembre, un poco de agua helada y el maldito humo de los automóviles que me marea después de haber estado en el aire puro de la lejanía. Son días irrepetibles, días diferentes en los que el mundo me sonríe y yo lo miro con desconfianza, opuesto a mi sonrisa ante los días en los que cada minuto parece una hora, eternos pensamientos que no salen de mi cabeza. Necesito sincronizar esos momentos, y encontrar el equilibrio, despertar un día con el pie izquierdo para variar, el derecho puede descansar mientras yo me levanto y me lanzo sobre el sofá frente a mi cama, abro la ventana y dejo que el sol cubra la oscuridad de la habitación y de color al tono rojizo causado por las cortinas. El color, el color negro de los dibujos en mi pared, solo con el sol parece de nuevo un circulo cromático, pues lo pinté a colores y cubrí la evidencia de que lo vivo también está muerto, está reseco y marchito. La luz, solo la luz de cada mañana podría eliminar tal pensamiento, y es que abrir la ventana no basta para limpiarlo del todo.

domingo, 28 de agosto de 2016

Preguntas frecuentes

Suelo responder con relativa frecuencia el porqué de todo este proyecto, de estas notas que desde hace meses escapan por la ventana. La primera aclaración siempre suele ser la misma, esto no es un relato de mi vida, ni siquiera algo parecido. Detesto la idea de pensar que esto es una especie de diario que comparto públicamente con conocidos, desconocidos, Internet en general. Notas por la ventana es mucho más que eso, es mucho más que un simple desahogo personal y, fuera de decir que es un proyecto literario, es también una copia de seguridad virtual en la nube más poderosa de nuestros tiempos. Notas por la ventana es una bóveda de de mis pensamientos, de mis mensajes sin destinatario ni destino en realidad, ideas al aire que puede leer cualquiera y por extraña casualidad encontrar una frase, una idea, una palabra que le traiga a la memoria un recuerdo y lo haga sentir de alguna forma identificado, tocado por las palabras de un extraño que comparte con él ese hilo entre lector al azar y escritor. Sí, es bastante curioso que lo describa como una bóveda cuando en realidad la idea general es "lanzar" las cosas fuera de aquí, lanzar las ideas por la ventana y que la gente las lea; una bóveda no es de ninguna manera algo similar a lo que describo, pero debo aclarar que cuando pienso en esa palabra, el concepto de "bóveda de estrellas" viene a mi mente junto con recuerdos de mis de mis primeras letras escritas y las largas horas de intensa lectura que se vieron reflejadas en mis ideas posteriores, en mis ideas presentes; un buen recuerdo me confunde, mostrándome una bóveda como el mismo mar estrellado que veo cada noche en mi ventana. Allí están mis ideas, para todo aquel que desee leerlas.

Escritores de por aquí

No puedo evitar sentir cierta admiración por un escritor que habla de lugares conocidos, de sensaciones conocidas, de algo que conozco y puedo retratar en mi cabeza con relativa exactitud. ¿Por qué? Porque es ese el escritor cuyos pasos quiero seguir, porque quiero tener la capacidad de describir mi ciudad para poder salir de ella, para deja clara la idea de dónde estaba antes de buscar nuevos horizontes. Nada mejor que conocer sus raíces, y nada peor que cortarlas, perderlas, negar su existencia y su relevancia en los eventos ulteriores al nacimiento. Por ahora, continuaré leyendo y pensando que soy yo quien exhala nubes de humo, quien ve la ciudad bajo una cortina de alcohol, desesperación, eventos extraños que suceden en la puerta de un bar para luego volver a casa e ir a dormir, no pensar en los recuerdos y despertar al otro día sumido en el mundo de los libros.

sábado, 27 de agosto de 2016

Equilibrio

No hay una razón en específico para el cambio del logotipo y el diseño en general de este proyecto. Quería probar algo nuevo, el equilibrio entre los únicos colores que tienen un opuesto definido, natural, casi milenario si así puede verse. El primer diseño, si bien era un trabajo sencillo, fue hecho con rapidez y muy poco tiempo para pensar, el no poder dar marcha atrás ni reiniciar el contador como métodos de presión para culminar una idea incompleta. Hoy, con algunas horas de tiempo, pude completar aquel rompecabezas, el dibujo en mi cabeza de lo que sería esto, un sujeto cualquiera lanzando prosa por allí. Veremos que tan posible es escribir a color usando solamente tinta negra, crear ideas complejas a partir de simples pensamientos que en cada ir y venir construyen el pasaje por el cual una sencillez pasa y deja de ser un borrador de lo real, se convierte en lo que en realidad se desea. Deseaba cambiar, deseaba una nueva atmósfera para respirar y esto, lo que escribo, es una gran parte de ella como escenario de las historias que construye mi imaginación. Más aviones de papel saliendo por mi ventana, y el deseo de que lleguen aún más lejos.

Medallones de atún con salsa de mango y pimiento

Los sabores del mar, sin llegar a ser mis favoritos, son siempre una carta que se destaca dentro de la baraja. Un intento fallido no significa renunciar, ni negarse a la posibilidad de intentarlo nuevamente. No solo hablo de un intento fallido en la cocina, sino de esa constante necesidad de caer y caer y levantarse y volver a caer y seguir en el círculo vicioso de dejarlo todo para después, vivir para después. Cantar mientras bajo la pendiente a toda velocidad, y desear que cuando el impulso acabe tenga fuerza para subir nuevamente, un plan diferente, un escape a la rutina.

INGREDIENTES
- 4 medallones de atún
- l jugo de dos limones
- ½ taza de néctar de mango
- ½ taza de mantequilla
- 2 dientes de ajo triturados
- 1 mango verde, pelado y cortado en tajadas
- 1 cebolla blanca, pelada y cortada en rodajas
- 1 pimiento verde, 1 rojo y 1 amarillo, sin semillas, desvenados y cortados en tiras
- 1 chile cortado en tiras
- 2 ramitas de perejil picadas
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de pimienta negra recién molida

PREPARACIÓN
Rociar el atún con el jugo de limón y ¼ de taza de néctar. Refrigerar por 30 minutos. Retirar y reservar la marinada.

Derretir un poco de mantequilla y sofreír los ajos. Añadir el mango, la cebolla, pimientos, chile y néctar restante. Hervir a fuego bajo por 10 minutos hasta espesar, Revolver de vez en cuando y agregar el perejil, el cilantro, la sal y la pimienta. Cocinar por cinco minutos y reservar tibio.

Aparte, derretir la mantequilla restante, añadir la marinada del atún, revolver y reservar. Asar los medallones en la plancha a fuego alto, cada lado por cinco minutos. Rociar con abundante marinada. Servir con la salsa de mango y pimiento.

jueves, 25 de agosto de 2016

Conectado

No quiero volver a estar desconectado del mundo, sencillamente porque ahora que estoy despierto todo parece ir demasiado rápido, me he quedado atrás. El mundo parece haber adquirido una nueva historia cada mes, una nueva faceta cada semana, mientras yo me ocupaba de mis asuntos y si me enteraba de algo era por casualidad... prueba de ello era mi completo desconocimiento en varias conversaciones cotidianas que me mantenían con la boca cerrada y la cabeza también, un laberinto sin sentido en donde la verdad era solo una palabra. La oscuridad se ha tomado mi cuarto mientras el humo de las velas se expande por todo el lugar, liderando con su fragancia mis ataduras, pintando con su aroma el camino a seguir en esta nebulosa emocional, física y mental. El humo se ha ido, finalmente se ha ido.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Tarde de miércoles

Siendo una persona que vive con los pies en la tierra, encuentro cierto deleite en subir las montañas de esta, nuestra ciudad, desde donde todo parece más claro, más real, la civilización en la distancia parece más cercana, o al menos me siento más cerca de ella estando lejos, fuera de su alcance, de sus tóxicos tentáculos cargados de humo. Ahora, estando en casa nuevamente, no ha desaparecido a sensación del aire limpio, de la altura y de mis manos sobre la superficie rasposa que me separaba del vacío, del agua bajo mis pies. No se ha disipado la sensación de estar en la cima del espacio conocido, limitado momentáneamente, como me gusta ver la burbuja que en cualquier momento podría reventar. Quiero volver allí nuevamente, calmar la ansiedad que se toma mis horas. Podría quedarme dormido, podría simplemente olvidar y reiniciar mi memoria, suprimir recuerdos y olvidar paisajes, pero es muy difícil omitir aquellas sensaciones, es demasiado complicado ocultar lo evidente, no mirar al cielo por un minuto.

Torre de helado - Resultado


martes, 23 de agosto de 2016

Resultados olvidados

Revisando mi galería de imágenes, puedo encontrar viejos proyectos que alguna vez oculté allí, pensando que no sería de ninguna manera necesario compartir los resultados con el mundo. ¿Lo es? Quizá no, pero bien pueden estar bajo mi ventana y no arrumados en un rincón de mi galería, algo que nadie ve y no verá jamás. No soy el más experimentado cuando se trata de la cocina, claro, pero una copia de seguridad en una red que, de la forma que va, durará muchos años, es una idea que se sobrepone a cualquier opinión negativa que podría recibir. También, fuera de todo lo relacionado con el tema de la mesa, hay también otros proyectos, unos un tanto más literarios, piezas de historias incompletas, cartas sin enviar, notas por redactar, un mundo encerrado por una nube tóxica de responsabilidades que, como el mismo humo, se esfuman ahora dejándome no vació, pero sí listo para recibir todo lo que viene.

lunes, 22 de agosto de 2016

Tostadas francesas - Resultado


Tostadas francesas

Cabe mencionar que conocí esta receta fuera de los libros, de una manera diferente, una ligera variación de la original. El resultado no fue tan bueno, siendo honesto, al menos no en un sentido estético. Por otro lado, la receta original fue todo un éxito y espero poder compartir una muestra del resultado en las próximas horas. Los sabores dulces traen gratos recuerdos para mi memoria, momentos vividos hace solo unos meses, cuando aún todo parecía simple. Las nuevas ideas y los cambios que mis decisiones han traído se han encargado de enderezar el camino. Una última oportunidad frente al espejo, al árbol caído.

INGREDIENTES
- 5 huevos
- 2 cucharadas de azúcar morena
- 1 pizca de sal
- 8 rebanadas de pan blanco
- 2 cucharadas de mantequilla
- Frutos rojos de cualquier clase
- Miel o mermelada

PREPARACIÓN
Mezcle los huevos con el azúcar y la sal. Disponga el pan en un recipiente hondo, rocíelo con el huevo batido y déjelo macerar 15 minutos dándole la vuelta una vez.

Derrita la mantequilla en una sartén y dore las rebanadas. Espolvoréelas con el azúcar morena y deles la vuelta para freírlas bien por el otro lado. Reparta la fruta sobre las tostadas y rocíelas con miel o mermelada.

domingo, 21 de agosto de 2016

Notas por la ventana

Quiero escribir algo real, una nota sobre la actual situación de este proyecto literario que desde hace ya algunos meses se ha vuelto parte de mi vida diaria, como aquel método de desahogo para las vivencias que, al entrar por mi ventana, salen de ella transformadas en un mensaje sin receptor, sin destino, palabras perdidas que alguien leerá alguna vez. Notas por la ventana, una idea tan repentina que quizá tomó vuelo con demasiada prontitud, el deseo de escribir no podía esperar, y las ideas tampoco. Con los días las notas variaban, estaba en una situación difícil en ese momento y estas ideas eran, de alguna forma, mi único contacto con el mundo exterior, pues me hallaba encerrado después de un accidente con un final relativamente fortuito. De un accidente nació esto, esto que las personas leen por casualidad. Ahora, meses después, el buen manejo del tiempo y las nuevas experiencias que he vivido me han permitido continuar con el proyecto, pero la diferencia a los días pasados es evidente, no solo en la cantidad sino en la calidad de lo que escribo, una clara muestra del agotamiento y la falta de ideas causadas por la monotonía. Esto tiene remedio, y es ese mi anuncio un domingo por la tarde, a media luz del atardecer en este lugar rodeado de arboles, cemento y personas conocidas a través de los años. Hoy, domingo, es el principio de una nueva semana, una llena de ideas, una llena de nuevas cosas por probar y nuevas cosas por intentar, una vida nueva de las tantas que se necesitan para aquellos que mueren a menudo, metafóricamente hablando. Hora de reconstruir los pilares que antes lo eran todo, hora de empezar de cero.

jueves, 18 de agosto de 2016

Bolsillo roto

Los eventos que han cambiado el rumbo de mi vida son las voces en mi cabeza que me recuerda aquellos momentos en los que tuve el poder de tomar una decisión. Es curioso que haya decidido aferrarme a esta idea cuando en realidad nunca he perdido este derecho, este poder... pero el miedo y las dudas son paredes que me mantienen en este laberinto construido por las malas decisiones. Allí no tengo el control, ¿para qué quedarme? La vida apenas comienza cuando se toman las riendas, no es muy tarde para dar media vuelta, no es muy tarde para recuperar aquello que entre noches largas y días oscuros he perdido. Como en un bolsillo roto, todo ha caído fuera de la bolsa. Personas, escritos, momentos, recuerdos... una bolsa vacía al final del camino no justifica tal travesía. Suturar los agujeros retendrá la vida que queda adentro.

martes, 16 de agosto de 2016

Escape

Volar en una pluma es dejarme llevar por ella mientras escribo, mientras presto muy poca atención a mi alrededor y excesivo interés en mi interior, en mostrar lo que a veces ni yo puedo ver. Encerrarme en el mundo que yo creo es una buena opción para escapar de este, pero la realidad es tan necesaria en mis historias como la tinta en mi bolígrafo o el papel sobre mi mesa. Basta de escapar, de pensar que no hay mundo más allá de mi habitación... poner un fin al encierro que comenzó desde adentro será mi salida.

domingo, 14 de agosto de 2016

Cometas

La brisa del domingo parece tan fresca... tan limpia, o al menos a esta hora en la mañana, cuando todos duermen y hay pocos vehículos  atenuando tal pureza. Han pasado años desde la última vez que me propuse opacar cualquier opinión y salir con una cometa gigante, pues no se es muy viejo para esto, no se es muy viejo para sostener una cuerda en el aire y tomar un poco de sol una mañana cualquiera de agosto, mientras los niños juegan en los alrededores y las familias ríen, intercambiando palabras, botellas y quizá comida, intercambiando algo más que algo material, un momento juntos. Extraño todo eso, y todavía tengo la oportunidad de hacerlo. ¿Por qué no aprovecharla?

viernes, 12 de agosto de 2016

Ensalada Walrdorf

Junto con esta nota debo mencionar que necesito organizar todo lo relacionado con La mesa, puesto que es un desastre en este momento y solo he podido organizarlo muy lentamente. Me son necesarios más elementos para organizar adecuadamente, y encontrarle lugar a cada cosa. Esto significa que debo darle una nueva vida a esta idea, y comenzar a mostrar todo lo que en estos largos meses pude sacar de los pasillos de la biblioteca. Por ahora, esta ensalada la tomé a finales de abril, cuando apenas estaba comenzando a recorrer los pasillos, libre de la sala de Internet. La paz era increíble, y pronto encontré en esos pasillos un refugio para callar todas las ideas incompletas que salían de mi cabeza, un lugar para aprender, no a escribir, sino a terminar de hacerlo, a volver de una historia algo más que la unión de frases sin sentido. Suficiente de letras, hora de otra clase de notas.

INGREDIENTES
- 3 manzanas rojas
- 1 cucharada de jugo de limón
- 150 gramos de raíz de apio, pelada y cortada en cubos
- 4 cucharadas de mayonesa
- Hojas de lechuga
- 150 gramos de nueces picadas

PREPARACIÓN
Retire el corazón de las manzanas, corte en cubos y salpique de inmediato con jugo de limón. Mezcle los cubos de manzana con la raíz de apio e incorpore la mayonesa con movimientos envolventes. Cubra los platos con hojas de lechuga y cubralas con la ensalada Waldorf. Antes de servir, salpique con las nueces.

Si lo desea, puede agregar crema de leche a la mezcla antes de servir.

jueves, 11 de agosto de 2016

Nudos

El hilo que representa mi vida ata mis manos en este momento. ¿Cómo cortarlo? No quiero, no es mi manera de ver las cosas. Mantengo la calma ante la tormenta y agacho la cabeza, guardo silencio y espero a que algo suceda, a que algo me sorprenda y me saque de la oscura realidad por un momento. Son esos momentos en los que el hilo parece aflojar los nudos, liberándome de la pesadilla de estar atado por mi propia voluntad, temeroso de cortar la cuerda y refugiado en esta como si de mi vida se tratase... Pues era mi vida, pero no la que yo deseaba. Una de las tantas luchas personales en mi interior, una de las tantas veces que hablaré del pasado en busca de un mejor futuro, pues tengo que aprender a no cometer los mismos errores una y otra vez. Siempre se es libre de aflojar los nudos que uno mismo ha creado, y hoy mis manos están libres por fin.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Paisaje matutino

El aroma a una historia recien impresa es todo lo que podría desear en una mañana lluviosa como esta. La sensación generada por el contacto del papel sobre mis manos frías me hace olvidar que afuera una fina capa de agua congela todo lo que toca, mezclado con la brisa que se lleva el polvo acumulado y una que otra envoltura de algún comestible que alguien lanzó al suelo hace tanto, que sus colores son apenas distinguibles y dificultan el saber lo que era antes. Es un paisaje frío el que puedo ver a través de la ventana, o al menos lo es al comparación de los cálidos días anteriores. Me he levantado muy temprano en la mañana y nada ha cambiado desde entonces: las nubes grises siguen estando donde han estado todas estas horas, pero la lluvia torrencial que amenazan con lanzar solo se queda en una amenaza constante, que mantiene adentro al perezoso y hace dudar al valiente que decide salir por un paseo. Quiero salir a caminar, y pintar con el sol este panorama uniforme, sentir la brisa y pensar que no es tan fría... ver el vaso medio lleno y el frasco de problemas muy vacío... quiero ver otra cara del mundo, y darle la vuelta también.

Espejo de agua

El campus de la universidad es un espejo de agua, y el reflejo es quien fui. Cada recuerdo, cada palabra dicha entre los árboles y cada recorrido a través de ellos en mis arrebatos de locura y mis deseos de desconectarme de todo al menos hasta la hora de irme... todas esas cosas han quedado grabadas allí, en el verdor y el silencio, en el ruido de los alrededores y los interiores de los edificios también. Hay un encuentro de tantas características opuestas que entiendo por qué es considerado una ciudad, una ciudad llena de extraños. Quiero volver a las mañanas de cátedras cortas y ejercicios largos, quiero volver a las tardes de burritos y risas desmedidas, quiero  volver ai las noches silenciosas y oscuras junto al blanco de las estructuras allí presentes... Quiero volver, y cambiar aquel reflejo por lo que soy en realidad... alguien que escribe.

martes, 9 de agosto de 2016

Vieja bicicleta

Un amanecer bajando la montaña a toda velocidad, con los frenos sirviendo a medias, es una buena dosis de adrenalina y estupidez. Necesito una nueva bicicleta, no quiero volver a un hospital por causa de esta. Recuerdo cuando era todo lo que podría desear, antes de los múltiples accidentes que lentamente train consigo una nueva modificación, un nuevo repuesto. En ese entonces solo me preocupaba por andar, por mantenerla a salvo e intacta. Luego llegó mayo y el suceso que lo cambió todo, los días bajo la lluvia y el óxido que hicieron de las suyas en su estructura y mi vieja amiga era ahora un riesgo para mi integridad. Quiero dejar esa historia atrás, y deshacerme de ella es lamentablemente un paso necesario. Buenos recuerdos a dos ruedas, los últimos que quedarán aquí.

lunes, 8 de agosto de 2016

noche estrellada

No había visto una noche despejada desde hace tantos días, había olvidado por completo la sensación de estar bajo las estrellas, bajo esa bóveda que contiene cada sueño pedido a través de los años. El paisaje nocturno ha sido mi compañero en los últimos años y sin embargo en contadas ocasiones tengo el momento o la necesidad de mirar al cielo... para ello requiero de silencio, de quietud. Son esos momentos aquellos que dedico a saltar la mirada a través de las estrellas, dibujando con la mirada un camino a través de ellas. No hablo de astrología, sino de arte, el cielo estrellado en su más simple expresión, sin más enredos que ese término. Es una pintura pintada en millones de años si puede verse de ese modo, un escenario en donde las protagonistas se quedan estáticas ante nuestros ojos. Tengo muy pocos momentos para hacer apreciaciones como estas, y cada segundo que puedo pasar contemplándolo es tan valioso que solo puedo describirlo en palabras poéticas y metáforas complicadas, simplemente porque así escribo, porque es mi manera de ver las cosas.... Como de una inmensa galería llena de imagenes por ver.

domingo, 7 de agosto de 2016

Velas

He despertado esta mañana con el deseo de enderezar las cosas que ante mis ojos estaban de cabeza. Un poco de silencio en lugar del constante uso de los audífonos, caminatas largas en lugar de cortos paseos en bicicleta, un poco de aire fresco en lugar del encierro... Demasiados opuestos que a mi parecer son necesarios para variar. La rutina es una pesadilla de la cual pretendo escapar tomando cucharadas de realidad cada día, viendo el mundo a mi alrededor como algo más que una historia ajena, tratando de ser parte de ella completa y profundamente. Una ruta diferente cada día, una nueva manera de ver las cosas, esto y más para ver colores donde solo hay blanco y negro. Hoy, domingo por la noche, el frío se toma las calles. Estando aquí, con una vela encendida, no podría desear algo más.

sábado, 6 de agosto de 2016

Crema de piña

Cuando comencé a revisar las recetas nuevamente esta mañana, recordé por un momento cuando las tomé de esos viejos libros llenos de polvo, aunque, ciertamente, tan valiosos en su interior. Recordé entonces las viejas charlas entre las repisas, el constante estado de alerta para descansar un minuto, el silencio dentro de la sala… Sí, fueron buenos días en los cuales llegué a sentirme en casa estando literalmente al otro lado de la ciudad. En vista de ello, ahora mis fuentes vendrán de otro lado, de un lugar al que pueda llegar en paz. Esta es la última receta que tomé de esa biblioteca, y hay una larga lista todavía en espera. Es hora de poner la mesa en Brasil.

INGREDIENTES
- 1 piña pequeña
- 200 de azúcar
- 3 huevos
- ½ litro de leche
- 3 clavos de olor
- ½ astilla de canela
- 1 cucharada de ron
- ½ litro de crema de leche batida
- 1 piña cortada en cubos

PREPARACIÓN
Pele la piña, descarte el corazón, corte la pulpa en cubitos y mézclelos con el azúcar y reserve por ½ hora. Haga puré con la pulpa, bata los huevos e incorpore al puré. Hierva rápidamente la leche con los clavos de olor y la canela, deje enfriar por un corto tiempo. Incorpore la mezcla de piña y huevo con movimientos envolventes, a la leche. Deje hervir de nuevo, revuelva hasta que esté cremosa. Descarte los clavos y la canela. Deje enfriar, refine con ron y refrigere dentro de moldes.

Decore con crema de leche y con cubos de piña. Si corta la piña en mitades y extrae la pulpa en lugar de pelar la fruta, puede servir en la cáscara. En este caso, rellene la cáscara con la crema de piña bien fría, antes de servir.

viernes, 5 de agosto de 2016

Un arcoiris

Desearía ver un arco iris diferente al generado por la pequeña bola de cristal que tengo a mi lado. Uno de verdad, uno que nazca después de la lluvia y que se quede allí toda la tarde, iluminando tenuemente mi camino a casa. Desearía ver un arco iris que traiga consigo los recuerdos de meses pasados, de años pasados tal vez, en los que corría por los charcos de un parque ahora inexistente y no notaba la suciedad en mi ropa hasta que mi madre lo comentaba. Una tarde de estornudos que llevaría a un resfrío y a varios días en cama con mis viejos juguetes y la simplicidad de saber que todo estaba allí, en mi habitación, y nada más hacía falta. Faltan algunas horas para salir del trabajo y, para cuando lo haga, los últimos rayos de sol estarán ya ocultos por los edificios, al ras del suelo, lejos de donde pude verlos en algún momento... Y con ello muere mi esperanza de ver un arco iris real de camino a casa. De noche solo me acompañarán las luces de los automóviles, aquellos puntos rojos que de tanto en tanto me distraen, como pequeñas luciérnagas en el camino. De noche no habrá un arco iris... Pero siempre se puede pintar la noche de colores.

jueves, 4 de agosto de 2016

Calendario

No me fue posible escribir nada ayer, pues llegué directamente a tomar un baño caliente y a encerrarme en mi cuarto, a tener un momento a olas conmigo mismo y organizar mis ideas. Volveré a la universidad, eso es ya un hecho, pero ahora es todo el papeleo lo que me desvela, es toda la burocracia lo que me obliga a mantenerme despierto para reunir la documentación requerida. Los días pasan y el momento de la verdad se acerca, el momento de presentar una prueba y enfrentarme a lo que fui antes, un recuerdo vívido de hace dos años que ahora no me produce nostalgia, sino simplemente me hace preguntarme si hace dos años me veía aquí, en la cima del mundo, tambaleándome, a punto de caer o a punto de tomar un último impulso. Ya debo salir de la cama, y tachar otro día del calendario.

martes, 2 de agosto de 2016

Paseos en bicicleta

Tengo la imagen en mi cabeza, no ha pasado ni una hora desde que recorría los oscuros senderos de un lugar desierto, que cada mañana se llena de personas y cada tarde algunas se aventuran a volver a enfrentar aquel camino. Todos parecen estar pensando en lo mismo: Música, pedalear y no quedarse atrás, como si todo esto se tratara de un juego antes de comenzar su rutina del día: trabajar, estudiar, cualquier cosa en realidad que los obligue a estar despiertos tan temprano. No puedo perseguirlos, simplemente los veo pasar y algunos de ellos hasta se vuelven un elemento cotidiano en el recorrido, una extraña sincronía que con el tiempo se vuelve conocimiento. El tipo de la Fixie roja es un banquero, hablaba de cuentas por su celular mientras pasaba al lado cada mañana, en ese corto intervalo de tiempo sin música de ningún tipo sonando en mis audífonos. La chica de la BMX rosa es tatuadora, y parece no fijarse en el frío de la mañana; al menos eso delata su apariencia. Trabaja cerca de un viejo conocido, y volví a cruzarme con ella un día, esta vez con los pies de ambos en el suelo. El sujeto de la bicicleta eléctrica morada, y su extraño casco con apariencia de alien, morado tambien. No lo veo pedalear, ni siquiera por un segundo, pero supongo que se trata de gustos; tiene su gracia el hacer todo ese movimiento solo para acelerar y llegar a la meta. Tantas personas cada día que algunas hasta se vuelven compañeras silenciosas por la mera casualidad de cruzar el mismo camino a la misma hora cada día... Pero todos se separan en un punto y volvemos a la realidad, una en la que todas estas ideas son simplemente una metáfora, una manera distinta de ver las cosas. Mañana comienza un nuevo día... ¡Otro recorrido con un desconocido!

Café

Un café en la mano mientras camino medio dormido, recordando una noche en vela y las ideas que circularon por mi cabeza en aquellas horas tan silenciosas. Desearía sentarme aquí, y dormir por algunos minutos... pero por ahora dormir es ese sueño que quiero tener, que quiero volver realidad. El mundo parece tan diferente cuando el cerebro está medio apagado... y detesto la sensación pero no por ello dejaría de aprovechar esas horas de la noche, esas horas llenas de inspiración que si no se escribe se pierde en la mañana... porque se siente tan bien desvelarse en mi propia imaginación.

lunes, 1 de agosto de 2016

Un camino hacia arriba

Un día después de la publicación de aquel libro, solo puedo pensar en lo que ello implica. Es una historia bastante corta que si bien no está basada en hechos reales tiene mucho de mi realidad, mucho de lo que viví y claramente es un reflejo del futuro que desearía tener. La prosa es, a mi modo de ver, la manera en la que saco todo lo que llevo adentro y, en los diálogos, esto puede verse reflejado. Me inspiré en Saramago, y en su manera de presentar los diálogos como una ráfaga de ideas que el lector tiene que interpretar, que ubicar según sea el caso y esto, ciertamente, mantiene la atención total en el texto. Quizá sea algo atrevido tomar el estilo de otro autor, pero no hay nada de malo en basarse en los grandes para llegar a ser como ellos. Me gustaría ser como ellos, y no por la fama y la fortuna que ello implica, sino por el simple deseo de llegar a la cima y haber escrito mi camino hacia ella. Me falta mucho, pero eso es lo interesante del recorrido.