domingo, 26 de junio de 2016

Domingo

El domingo es, para muchos, sinónimo de quedarse todo el día en casa. En pijama, viendo televisión, leyendo un libro, escuchando música... Cada quien lo disfruta a su manera. Otros, en el caso opuesto, deben trabajar como en un día cualquiera, dejando a un lado estas ideas de descanso para otro día, uno en el que todos trabajan. ¿Es curioso no? Trabajar cuando todos descansan y descansar cuando todos trabajan, dormir cuando todos están despiertos y perderse en el insomnio a las 2 de la madrugada porque solo en ese momento se tiene paz... Calma. Este es mi último domingo libre antes de volver a la rutina, y planeo aprovecharlo como aprovecho mis días libres: haciendo lo que más me gusta. Hoy no dejaré planes incompletos, hoy no dejaré historias inconclusas... Hoy viviré, como si se tratase de el último día en el que tengo un poco de autonomía sobre mi tiempo. Exagero un poco, pues tengo en realidad tanta libertad como lo deseo... Pero a veces me pregunto si aquella libertad de antes ha cambiado por papeles de colores.

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