domingo, 4 de septiembre de 2016

Humo

Dos días sin notas son demasiadas palabras acumuladas para una sola tarde de domingo. Los fines de semana no suelen ser días especiales, me reservo la euforia para la totalidad de la semana, los siete días y no tres. He caminado bajo la luz de las estrellas y la niebla de la noche, he visto el denso humo escapar por la ventana de una casa desierta, denso humo escapando de gargantas pálidas y rostros pintados de rojo, de blanco, de negro alrededor de sus párpados como un máscara que oculta la eternidad de sus noches en la mitad de la nada, en la mitad de todo. Escuchaba palabras tan vacías, llenas de aire y sin significado, gritos ahogados de voces que estando en la cima de su mundo parecían amenazar con caer, con lanzarse, acabar con la pesadilla que llaman vida... pero fue algo efímero, la imagen de estas personas desapareció con los primeros rayos de sol, los rostros alegres de la ciudad parecieron surgir de aquellas cenizas, de aquellos cigarrillos apagados. Quizá vuelva a verlos cuando llegue la noche de nuevo, cuando el fuego encienda de nuevo aquellas ensoñaciones.

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