sábado, 29 de octubre de 2016

Silbido

El viento frío de la mañana entra por la ventana, sacudiendo suavemente las cortinas y dejando escapar un agudo silbido que en el silencio de mi habitación se siente, se vive y me levanta. Me gusta dormir con las ventanas abiertas, precisamente para despertarme con esta clase de sonidos y no una alarma cualquiera, para despertarme con el aroma del rocío y el pan de las tiendas aledañas, no el aroma del humo, no el aroma del polvo. La mezcla de tan puros aromas hace rugir mi estómago, no tengo hambre todavía y sin embargo casi automáticamente abro la puerta y bajo las escaleras por un vaso de agua, con los pies descalzos y pasos lentos, procurando no romper el silencio que reina en toda la casa. Diez, nueve, tal vez ocho escalones que me separan del primer piso todavía, escalones de madera tibia que me hacen desear no tocar el frío suelo, que me hacen lamentar el caminar descalzo y que sin embargo prefiero a escándalo provocado por un par de zapatos a esta hora. Una carrera de puntillas con su meta en la cocina, atravesando un oscuro pasillo, sombrío a cualquier hora del día, en donde múltiples cuadros muestran imágenes conocidas, recuerdos de otros lugares y otras épocas, mejores y peores, eventos con un significado y ahora enmarcados, exhibidos ante los ojos de todos. Abro la llave, el agua saliendo rápidamente como una cascada descontrolada, como un río desbordado, llena el vaso y me empapa las manos con grandes chorros de agua helada, pero es el primer sorbo el más helado, el agua entrando a mi cuerpo y despertándome realmente, como una taza de café en la tarde o un caramelo en la noche. El camino de vuelta, pasillo, escaleras, puerta y habitación nuevamente, para volver a la cama y quedarse allí algunos minutos, no mirando hacia la nada sino simplemente preparándose para un nuevo día, uno que comenzó no con el pie izquierdo ni derecho sino con un simple silbido, un silbido que rompió el muro de fantasías que cubría mi cabeza antes de despertar, que se escuchó a través de los sueños y me trajo de vuelta a la realidad, me trajo para vivirlo.

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