domingo, 21 de agosto de 2016

Notas por la ventana

Quiero escribir algo real, una nota sobre la actual situación de este proyecto literario que desde hace ya algunos meses se ha vuelto parte de mi vida diaria, como aquel método de desahogo para las vivencias que, al entrar por mi ventana, salen de ella transformadas en un mensaje sin receptor, sin destino, palabras perdidas que alguien leerá alguna vez. Notas por la ventana, una idea tan repentina que quizá tomó vuelo con demasiada prontitud, el deseo de escribir no podía esperar, y las ideas tampoco. Con los días las notas variaban, estaba en una situación difícil en ese momento y estas ideas eran, de alguna forma, mi único contacto con el mundo exterior, pues me hallaba encerrado después de un accidente con un final relativamente fortuito. De un accidente nació esto, esto que las personas leen por casualidad. Ahora, meses después, el buen manejo del tiempo y las nuevas experiencias que he vivido me han permitido continuar con el proyecto, pero la diferencia a los días pasados es evidente, no solo en la cantidad sino en la calidad de lo que escribo, una clara muestra del agotamiento y la falta de ideas causadas por la monotonía. Esto tiene remedio, y es ese mi anuncio un domingo por la tarde, a media luz del atardecer en este lugar rodeado de arboles, cemento y personas conocidas a través de los años. Hoy, domingo, es el principio de una nueva semana, una llena de ideas, una llena de nuevas cosas por probar y nuevas cosas por intentar, una vida nueva de las tantas que se necesitan para aquellos que mueren a menudo, metafóricamente hablando. Hora de reconstruir los pilares que antes lo eran todo, hora de empezar de cero.

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