Un día después de la publicación de aquel libro, solo puedo
pensar en lo que ello implica. Es una historia bastante corta que si bien no
está basada en hechos reales tiene mucho de mi realidad, mucho de lo que viví y
claramente es un reflejo del futuro que desearía tener. La prosa es, a mi modo
de ver, la manera en la que saco todo lo que llevo adentro y, en los diálogos,
esto puede verse reflejado. Me inspiré en Saramago, y en su manera de presentar
los diálogos como una ráfaga de ideas que el lector tiene que interpretar, que
ubicar según sea el caso y esto, ciertamente, mantiene la atención total en el
texto. Quizá sea algo atrevido tomar el estilo de otro autor, pero no hay nada
de malo en basarse en los grandes para llegar a ser como ellos. Me gustaría ser
como ellos, y no por la fama y la fortuna que ello implica, sino por el simple
deseo de llegar a la cima y haber escrito mi camino hacia ella. Me falta mucho,
pero eso es lo interesante del recorrido.
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