miércoles, 10 de agosto de 2016

Paisaje matutino

El aroma a una historia recien impresa es todo lo que podría desear en una mañana lluviosa como esta. La sensación generada por el contacto del papel sobre mis manos frías me hace olvidar que afuera una fina capa de agua congela todo lo que toca, mezclado con la brisa que se lleva el polvo acumulado y una que otra envoltura de algún comestible que alguien lanzó al suelo hace tanto, que sus colores son apenas distinguibles y dificultan el saber lo que era antes. Es un paisaje frío el que puedo ver a través de la ventana, o al menos lo es al comparación de los cálidos días anteriores. Me he levantado muy temprano en la mañana y nada ha cambiado desde entonces: las nubes grises siguen estando donde han estado todas estas horas, pero la lluvia torrencial que amenazan con lanzar solo se queda en una amenaza constante, que mantiene adentro al perezoso y hace dudar al valiente que decide salir por un paseo. Quiero salir a caminar, y pintar con el sol este panorama uniforme, sentir la brisa y pensar que no es tan fría... ver el vaso medio lleno y el frasco de problemas muy vacío... quiero ver otra cara del mundo, y darle la vuelta también.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario