martes, 2 de agosto de 2016

Paseos en bicicleta

Tengo la imagen en mi cabeza, no ha pasado ni una hora desde que recorría los oscuros senderos de un lugar desierto, que cada mañana se llena de personas y cada tarde algunas se aventuran a volver a enfrentar aquel camino. Todos parecen estar pensando en lo mismo: Música, pedalear y no quedarse atrás, como si todo esto se tratara de un juego antes de comenzar su rutina del día: trabajar, estudiar, cualquier cosa en realidad que los obligue a estar despiertos tan temprano. No puedo perseguirlos, simplemente los veo pasar y algunos de ellos hasta se vuelven un elemento cotidiano en el recorrido, una extraña sincronía que con el tiempo se vuelve conocimiento. El tipo de la Fixie roja es un banquero, hablaba de cuentas por su celular mientras pasaba al lado cada mañana, en ese corto intervalo de tiempo sin música de ningún tipo sonando en mis audífonos. La chica de la BMX rosa es tatuadora, y parece no fijarse en el frío de la mañana; al menos eso delata su apariencia. Trabaja cerca de un viejo conocido, y volví a cruzarme con ella un día, esta vez con los pies de ambos en el suelo. El sujeto de la bicicleta eléctrica morada, y su extraño casco con apariencia de alien, morado tambien. No lo veo pedalear, ni siquiera por un segundo, pero supongo que se trata de gustos; tiene su gracia el hacer todo ese movimiento solo para acelerar y llegar a la meta. Tantas personas cada día que algunas hasta se vuelven compañeras silenciosas por la mera casualidad de cruzar el mismo camino a la misma hora cada día... Pero todos se separan en un punto y volvemos a la realidad, una en la que todas estas ideas son simplemente una metáfora, una manera distinta de ver las cosas. Mañana comienza un nuevo día... ¡Otro recorrido con un desconocido!

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