Tantas mascaras
en una noche cualquiera, tantos disfraces de tantos colores y tamaños que por
un segundo la realidad parecía haberse alterado, el inicio de una semana cualquiera
con creaturas no tan comunes, un mundo mágico a la vuelta de la esquina. Con
una caminata nocturna, una con la mejor compañía posible, pude ver todas estas
cosas sin dejar de sorprenderme, sin dejar de encontrar la belleza que veía esa
misma noche cada año, las luces y los dulces y las risas inundando las calles
con toda su alegría y todo su esplendor. Mi noche favorita del año, una para
salir a perderse entre la multitud con una máscara, oculto y a la vez tan
visible, un espíritu del subsuelo naciendo de las cenizas, surgiendo de la
oscuridad de un edificio perdido en el tiempo para tomarse el mundo en unas
horas. Eso, antes claro, en otros tiempos era mejor, era normal. Con los años
simplemente aprendí a apreciar el espectáculo, un espectador que con cada paso
recuerda cada minuto, cada segundo en la escena; no dejó de ser mi noche
favorita, simplemente cambié de papeles en ella. Hoy, al despertar, las caras
nuevas vistas en la víspera aparecían ante mis ojos nuevamente como fotografías,
completamente mentales, de lo que fue otro paseo bajo las estrellas. Las voces
de las mujeres y los hombres que caminaban a nuestro alrededor le daba cierto
ambiente al lugar, cierta sensación de no estar solos y sin embargo
completamente aislados del resto, de la realidad y cualquier clase de
interacción; todos en su mundo, todos en su cuento. Las luces en las paredes
resplandecían con fuerza mientras lentamente el lugar se quedaba vacío, todos
volvían a casa en una noche de lunes exhaustos y quizá deseosos de no tener que
despertar temprano al día siguiente. Yo no tenía que hacerlo, y me quedé en
cama por varias horas analizando que podría decir de mi noche favorita, de la
única noche en la que me siento completamente vivo. No tenía palabras hace un
año, ni dos, ni tres. No fingiré que las tengo hoy. La burbuja sigue sin
reventar y sin embargo se ha expandido un poco, puede ver otros horizontes que
no son suficiente, que no son algo pare presumir pero si para tener en cuenta,
como un recordatorio de dónde estamos y para dónde vamos.
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